sábado, julio 17, 2010

Un ciclo más en la espiral

Hasta hace algunos años visualizaba los cambios en la vida como un conjunto de círculos, cada uno de ellos representando los ciclos que en nuestro transitar por la vida ocurren. Fue después de una interesante plática, de aquellas que tienen lugar con los buenos amigos, cuando esta perspectiva se enriqueció con la nueva idea de que en vez de círculos vamos formando una espiral. En cada vuelta de la espiral nosotros decidimos cuánto avanzamos respecto a la vuelta anterior; podemos estar muy cerca o muy distantes, pero dificilmente llegaremos al mismo punto en que iniciamos.

En la semana que recién finaliza concluyeron también algunas vueltas de la colorida espiral que visualizo, entre las que destacan: el final de un ciclo escolar, la clausura oficial de mi curso de E-tutoring, la conclusión de una etapa en mi querido centro de trabajo y el incremento en 1 de mi dulce cuenta semanal. Lo que tienen en común estos acontecimientos es que todos me dejan un buen sabor de boca.

Al finalizar el ciclo escolar, cada grupo de alumnos concluye un período más en su formación. Algunos de ellos se sentirán satisfechos con los resultados logrados, fruto del esfuerzo y tiempo dedicado al cumplimiento de sus resposabilidades; algunos otros con la oportunidad de reflexionar acerca de las acciones que deberán realizar para lograr mejores resultados. Particularmente, y como ocurre cada año, uno de estos grupos quizás todavía no siente haber concluido por completo pues, aún cuando las actividades académicas ya sean "prueba superada", les corresponde realizar el último trabajo en equipo -o en grupo- con el cual se despedirán entre sí, después de convivir juntos durante el lustro más reciente de sus vidas. Después de ésto, todo será diferente y cada uno de ellos seguirá su propio camino.

Una vez que nos graduamos, las oportunidades de seguir aprendiendo y participando en diversos cursos de actualización no desaparecen, volvemos a ser alumnos por un tiempo, aunque nunca volveremos a ser los mismos que fuimos antes. El curso en línea E-tutoring es un ejemplo de lo anterior. Fueron 9 semanas de trabajo intensivo, en las que la hora diaria requerida inicialmente se extendió a un mínimo de 3, incluyendo nuestros fines de semana. Todos los participantes e instructores coincidimos en que fue un curso intensivo pero muy productivo. La oportunidad de conocer al final (y no al principio como ocurre normalmente) a nuestros compañeros de equipo y de grupo fue una diferente y bonita experiencia; como bien comentaron algunos ¡ahí no aplica la magia del photoshop! Y como mencionó el Rector en la ceremonia de entrega de reconocimientos, el esfuerzo no fue en lugar de nuestras actividades cotidianas sino además de todas ellas, voluntariamente. Y creo que bien valió la pena.

Por otro lado, la conclusión de un largo período de avances mínimos -tuvo que haber alguno, aún cuando no pueda recordarlo- también tuvo lugar en esta semana. Una vez más queda comprobado que al final cada quien cosecha lo que ha sembrado. Definitivamente, hay diferencia entre escuchar un discurso de despedida emotivo acompañado de la aprobación de los compañeros de trabajo, y escuchar palabras que dejan en evidencia y aclaran algún indicio de duda, si aún existiera. Particularmente, confío en que vendrán tiempos mejores. Ya no habrá pretexto para cumplir con las labores administrativas que urge realizar para poder sacar adelante a nuestro querido campus y ponerse a la altura del nivel académico que con mucho esfuerzo, dedicación, entusiasmo y cariño se ha conseguido. Creo que es un gran reto para la nueva administración y aunque los primeros cambios constatan que se ha dado un gran paso hacia adelante, esperemos que muy pronto los veamos reflejados en la satisfacción de las demandas manifestadas, todas ellas orientadas directa o indirectamente hacia el beneficio de nuestros queridos alumnos.

Finalmente, concluye una semana más con la cual una de las cuentas más importantes que han tenido lugar en mi vida aumenta en 1 y me parece escuchar en mi interior una dulce vocecita que me dice que además de sentirla y tocarla, pronto empezaré a ver que está ahi.

¡Felices vacaciones!

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