sábado, septiembre 26, 2009

Orgullo femenino


De vez en cuando se hace necesario salir de la rutina y dedicar unos momentos para escuchar a ese 'yo interior' cuya voz algunas veces se deja de percibir a causa del ruido de la cotidianeidad.

Hoy fue uno de esos días. Al menos una de esas mañanas. Decidí empezar por una visita tempranera que haría que mis uñas cambiaran de apariencia. Claro, sin tener que arreglármelas para que no se note que no soy ambidiestra, como la mayoría de las veces sucede. Es mucho más cómodo dejarse consentir y disfrutar de las pláticas que se dan en esos lugares a donde ellos no van, no porque no sean bienvenidos sino porque aún si acudieran no dejarían pasar más de 15 minutos sin decir: "¿en cuánto tiempo regreso por ti?"

Lo que no me esperaba es que hoy el proceso tuviera que repetirse ¡5 veces en una misma superficie!, todo porque mis manos inquietas no se esperaban lo suficiente para dejar secar la hermosa florecita morada que fue dibujada 15 veces en lugar de las 10 acostumbradas... en fin, el pretexto perfecto para que la amena conversación durara un poco más; quiero pensar que fue así y no que alguien estuvo a punto de sacarme de ahí sin corregir lo que mis inquietos movimientos echaron a perder tantas veces.

En las mujeres y entre nosotras pueden suceder muchas cosas. Se dice que somos vanidosas, orgullosas, caprichosas, comunicativas, competitivas entre nosotras... también se dice que somos hermosas, detallistas, valientes, creativas y no sé cuantas cosas más. Y puede ser que algunas veces tengan razón, algunas otras tal vez no. Sin embargo, hoy me di un tiempo para reflexionar y detenerme un momento para disfrutar la maravilla de ser mujer, la mujer que soy hoy. No soy la misma que fui ayer, ni seré la misma mañana. Pero hoy estoy muy orgullosa de ser la mujer que soy.

Y por si fuera poco, cuando leí el emotivo post de Walter cuya generación está de manteles largos este año (otra vez ¡Felicides muchachos!), recordé que hace 9 años me convertí en la primera mujer de mi familia materna que estudió una carrera universitaria. Y también en la única mujer de mi generación que egresó con el grupo original.

Ah si, algunas veces también soy una mujer presumida ;) aunque debo decir que también muy agradecida por las oportunidades que se me han brindado, que no han sido pocas.

Y bueno, ya sea que seamos mujeres o no, que lo expresemos o no, ojalá que todos tengamos muy claro nuestro valor pues seguramente TODOS tenemos razones de peso para decir:

"Estoy orgullos@ de ser quien soy".

lunes, septiembre 21, 2009

Horas México, en el mes patrio


Frecuentemente nos quejamos de que los maestros no tienen vocación. Coincido en que muchos de ellos no la tienen, pero creo que hay, como en todo, sus honrosas excepciones. Y al menos yo, conozco a varios de ellos que no sólo son maestros en el aula sino son maestros en la vida.

Ayer salió publicado un artículo de Gaby Vargas en el Diario de Yucatán: "Computadoras de Cartón". Cuenta la historia de Julián, un profesor de educación primaria que trabaja en el estado de Quintana Roo y que se la ingenió para enseñar computación a sus alumnos construyendo sus propias computadoras. ¿Cómo le hizo? Usó lo que tenía a la mano: cajas de cartón, imaginación, creatividad, pero sobre todo ¡ganas de hacer bien su trabajo!

Gaby Vargas hace referencia muy atinadamente al mes patrio y nos invita a reflexionar: ¿Cuántas horas México hemos aportado el día de hoy?

Es muy fácil quejarse de lo que hace nos hace falta, en la casa, en la escuela, en el trabajo, en el país, en el mundo... pero ¿qué hemos hecho nosotros para cambiar esto? Ojalá contemos con la suficiente creatividad que nos permita observar nuestro entorno, descubrir lo mucho que tenemos y emplearlo adecuadamente para mejorar día a día.

Es triste ver en las noticias que los maestros están en huelga y que los niños de sus escuelas se pasan semanas enteras sin clases. Pero por otro lado, es realmente reconfortante leer historias como la de Julián. Igual de gratificante que escuchar a una estudiante universitaria que se inscribió a un diplomado decir: "he tomado varios cursos y he leido mucho sobre el tema pero ¡nunca antes me había quedado tan claro como hoy!". ¡Qué bueno que se atrevió a decirlo! ya se imaginan cómo se pavoneó por dentro la maestra cuando lo escuchó. Hay que decir lo que pensamos cuando algo no marcha bien, pero también es bueno hablar cuando sucede lo contrario.

Por los mexicanos que tienen el valor de decir lo que piensan y de hacer lo que deben de la mejor manera que pueden ¡viva México!