sábado, octubre 24, 2009

Vuelo vital


Llegará el día en que al fin sentirás
que tus alas ya están listas para volar.
Sin miedo extiéndelas, habrás de confiar
en la fortaleza de las plumas que te llevarán
recorriendo caminos hasta encontrar tu lugar.

Permite a los que te siguen, también disfrutar
las maravillas que se contemplan desde tu lugar,
en parte del paisaje ya te convertirás
impregnando tu toque por el camino al volar
reconociendo el perfume de quienes a tu lado van.

Y cuando las alas requieran bajar a descansar
sin miedo acepta que para todo hay un lugar
y un momento indicado por alguna señal,
recuerda que mientras más alto vueles,
más veces habrás de bajar... a reposar.

Aprende también que habrá que planear
así como algunas veces aterrizar
cuando las alas ya no te puedan elevar más.
Disfruta de todo el paisaje que observes
desde tu lugar: al subir, planear o bajar.

miércoles, octubre 21, 2009


Una vez superada la ausencia energética de estos días, por fin puedo relatar el espléndido fin de semana que le antecedió.

El sábado la plática fue duradera pero las horas transcurrieron como si fueran segundos, como siempre que nos reunimos; la diferencia estuvo en la agradable companía de nuestras otras-mitades, que además le dio un toque muy diferente pero también muy interesante a la vez. No sólo la pasamos bien sino que aprendimos mucho acerca de la mercadotecnia y algunos elementos básicos relacionados, pero desconocidos, al menos para mi.

Una vez más pude constatar que independientemente de la formación de cada persona, hay puntos de encuentro en los que las disciplinas convergen y nos permiten darnos cuenta de que todo funciona como un complejo sistema de engranajes que giran y giran para hacer que el mundo avance. Podemos ser licenciad@s, ingenier@s, enfermer@s, psicólog@s, mercadólog@s, computólog@s, matemátic@s... o lo que queramos ser.

Lo importante es que busquemos ser siempre hoy mejores que ayer y no recelemos de nuestros conocimientos, pues quien enseña aprende mejor.

Queda pendiente el encuentro deportivo, por lo pronto el sabor de boca que nos quedó de esta salida es ¡exquisito!

Al igual que el rico is'waaj que disfruté el día de hoy...

martes, octubre 20, 2009

Una noche sin tecnologia


Algunos olvidos pasan desapercibidos y otros no... igual que muchas de nuestras equivocaciones.

Este texto se escribe (originalmente) bajo la luz de una vela y empleando un lápiz y mi vieja libreta a cuadros con espirales. ¿La razón? Haber olvidado pagar el servicio de energía eléctrica que fue interrumpido después de más de un mes de la fecha de vencimiento. En realidad, lo extraño es que el corte no se haya realizado antes.

¡Qué diferente es una noche sin el ruido tecnológico! Sin el televisor, sin música, sin computadoras, sin internet, refrigerador, licuadora, ni aparato alguno que requiera de la energía eléctrica para funcionar. Debo admitir que lo estoy disfrutando increíblemente pues hemos hecho cosas totalmente diferentes a lo que hacemos normalmente como parte de la rutina diaria. Y un rabito inquieto de la princesa de 4 patas de la casa me dice que ella también lo está disfrutando.

Sin embargo, me queda claro que esta situación es la consecuencia de un olvido previo, así que nuevamente me viene a la mente la CAUSALIDAD, no la CASUALIDAD sino la CAUSALIDAD, es decir, la relación causa-efecto. Todos nuestros actos son la causa de un efecto posterior. Es necesario asumir las consecuencias, ya sean para bien o para mal, y tomar decisiones que nos ayuden a mejorar continuamente.

Esta no es la primera vez que olvido algo, pero sí la primera vez que nos quedamos sin energía eléctrica por un descuido como este.

Tras haber digerido la situación y haberme propuesto ser más atenta con los deberes hogareños, decidí disfrutar la situación y no sufrir a causa de ello. Despueś de todo, la falta de energía eléctrica no nos impidió disfrutar de una rica y calientita cena, pues a pesar de que la estufa tampoco encendió por falta de gas, que también se acabó, el teléfono alámbrico aún funcionaba, para nuestra buena suerte.

Definitivamente, algunas veces hace falta sentir la ausencia de algo (o alguien) para valorar su existencia. Resulta tan fácil oprimir un botón para hacer funcionar un aparato, que nos olvidamos de todo lo que se requiere para que ocurra lo que deseamos. Sin embargo, es bueno darse cuenta de que todavía podemos disfrutar de la vida aún si falta la tecnología.

viernes, octubre 16, 2009

Y a ti, ¿qué te motiva?

Me inquietó la confesión pública de esta semana: "Nos hace falta motivación".

Nuevamente sentí la necesidad de hacer una pausa y mirar a mi alrededor.

Por un lado estoy realmente orgullosa de estos brillantes muchachos que están empleando sus sábados en compartir sus conocimientos dando algún taller, ya sea de software libre (como el caso de Henry y su equipo de colaboradores) o un tema matemático desde un enfoque robótico y de animación (Berlín y algunos compañeros). No sabemos cuáles sean los resultados de sus investigaciones, pero independientemente de ello, confío en que para ellos esta experiencia será sumamente gratificante y enriquecedora.

También recordé a los entusiastas muchachos que se inscribieron a la feria de proyectos (¡aquí apareces Cande!) y en ese esfuerzo extra que han hecho para que sus trabajos luzcan espléndidos cuando los presenten en Enero. O el caso de Mirza y Víctor cuya perseverancia se empieza a reflejar en sus notas. También está el grupo que ya empieza a preparar su altar de este año y que nuevamente me tomaron en cuenta para acompañarlos... ¡gracias! =). Y así como estos seguramente hay muchos otros casos presentes dignos de ser mencionados.

Por otro lado, también es notable el grado de compañerismo en el grupo cuya motivación está pidiendo ser rescatada. Y después de darle muchas vueltas en la cabeza, buscando cuál sería la fuente abundante de la que broten las aguas salvadoras de la motivación, me di cuenta que quizás estoy buscando en el lugar equivocado. La respuesta no está en mi, por lo que difícilmente seré yo quien la encuentre. Llegué a la conclusión de que es necesario encontrar la propia fuente en el interior de cada uno.

Regresando unos años hacia atrás, recordé mis años de estudiante universitaria. Una de las etapas más hermosas de mi vida como estudiante, seguida muy de cerca por los 2 años del posgrado. ¿Qué me motivaba en aquél entonces? Visualizaba mi meta y recuerdo que la tenía muy clara: Terminar mi carrera universitaria.

Sabía a dónde quería llegar, lo tenía siempre presente pero no por eso dejé de disfrutar todo lo que aprendí, la camaradería con mis compañeros, los amigos que conocí y con los que crecí durante esos años, las fiestas, los congresos, los maestros... aunque también recuerdo perfectamente los desvelos, los días sin comer en los que conocí la gastritis, la colitis y muchas itis más, las prisas por tomar el camión a tiempo para que la maestra Luci no me cerrara la puerta, los días en que la escuela se convirtió en mi primera casa porque a la de mis papás sólo llegaba para dormir cuando nos sacaban de la biblioteca porque ya era hora de cerrar... y al final valió la pena. Todavía recuerdo las primeras veces que me dijeron "licenciada", yo casi volteaba a ver a quién le estaban hablando. ¡Qué bonito sonaba que me dijeran así! Y si no, que me desmienta la VI generación que recién egresó de nuestro Campus.

Regresando al día de hoy, ya no soy estudiante, ¡pero sigo motivada! Esta entrada está motivada por Chucho y su reflexiva plática, además de (obviamente) mis queridos alumnos.

Considero que es necesario vivir motivados. Me motiva mi familia, mis amigos, mi trabajo, mi país, mi universo, mi futuro... y disfruto mucho lo que hago.

Yo no puedo dar tu respuesta para la pregunta planteada inicialmente, pero espero que cada persona que busque perseverantemente su fuente de motivación, la encuentre.