lunes, marzo 27, 2006

Con el pie derecho

Pocas actividades hay para mi en el mundo más relajantes que escribir. De manera que, sin ser año nuevo, ni el inicio de una vuelta más al sol, ni tampoco el comienzo de un nuevo día; desde la bella y pacífica ciudad de Tizimín, a poco menos de 180 kilómetros de la ciudad que me vio crecer y 90 kms más del amado pueblito que me vio nacer, empiezo.
Los cambios suelen ser difíciles, a poco más de dos meses de estar en mi sitio actual -no solicitado, por cierto- del organigrama institucional, creo que empiezo a disfrutar realmente mi trabajo, como en los buenos tiempos antes de emprender la aventura de casi dos años en Cuernavaca.
Solamente hace falta la cercanía física de quien es el motivo de mis suspiros, para que la dicha sea completa... ¿Se nota mi tendencia perfeccionista?

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