domingo, junio 11, 2006

Fin de semana ajetreado

Era viernes por la tarde y yo estaba feliz porque me dieron la buena noticia de que mi promoción fue Aceptada y no subí uno sino ¡DOS niveles! Lo mejor: tenía que llegar a firmar la aceptación de la información, por lo que me podía ir a mi casa desde el viernes.

Llegué a la facultad a tiempo y después de repartir los papeles entre los diferentes destinatarios, el director ya me estaba esperando para la cita acordada. Pocas personas son tan especiales como el Dr. Luis Rodríguez, su sencillez que no se vio afectada ni una pizca cuando empezó a ocupar su puesto actual, esa disposición para ayudar sin importar el tema del que se trate, su buen humor a todas horas, entre otras cosas, hacen que se convierta en una de las personas que más admiro. La plática fue como siempre, agradable y productiva, recibiré el apoyo que se requiere para la publicación del artículo que el Tec de Monterrey no puede pagar, y además pude aprender un poco más de la experiencia que el dr. Luis tiene. Fue una tarde muy bonita.

También fue agradable platicar un rato con Jorge, los viejos tiempos de camadería no volverán pero el cariño y la amistad permanecen. Quizás ya no seamos los mejores amigos, porque las circunstancias han cambiado mucho, pero siempre será un gusto volver a verlo. Sus ojos ahora brillan más con la llegada de su retoño en unos cuantos meses más. Me alegra saber que tendré un sobrinito más, por la hermandad que hay entre nosotros.

Al llegar a casa, mi fin de semana cambió de color. Cuando mis amigos me piden un favor es casi imposible negarse, aunque esto implique haberme pasado el fin de semana encerradita asesorando a Andrés. Recordé en un par de días todo un semestre de mi bachillerato: conjuntos, desigualdades, despeje de ecuaciones, quebrados, operaciones con polinomios... en fin. Espero y confío en que está listo para aprobar esa materia. Dice por ahi una canción que "los amigos de mis amigos son mis amigos", y en este caso no fue la excepción. Es una persona especial y debo admitir que yo también aprendí muchísimo en estos días.

Desafortunadamente, no pude compartir mucho tiempo con mis papás... a veces es difícil coincidir en tiempos y la prisa de mi hermano por regresar a Tizimín no permitió más que una sobremesa rápida tipo "noticiero del medio día". Me reconforta pensar que lo que en realidad importa no es la cantidad sino la calidad.

Ganó México. Aunque era de esperarse, ¡bien por el equipo!

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