viernes, enero 01, 2010

Feliz Año 2010



Después de la Navidad llega el esperado final de un año más, lo cual nos lleva en estos días a volver la vista un poco hacia atrás y observar el camino recorrido este año. El paisaje que contemplo me llena de mucha alegría y también me deja un poco de nostalgia.

La inmensa alegría se debe a los momentos gratos compartidos, y externo esta alegría enviando un sincero mensaje de agradecimiento hacia todas aquellas personas que enriquecen mi vida con su sola presencia en ella: ¡Gracias!

Gracias por el regalo de coincidir en mi camino, por las palabras dichas en el momento preciso, por las enseñanzas, por los consejos y también por las reprimendas. Gracias por los abrazos, por los besos, por los mensajes, las visitas, las llamadas, los correos, las fotos... y también por su tiempo al leerme en este espacio.

La nostalgia se debe a lo que estuvo y ya no estará más. Sin embargo, las pérdidas son las mejores ocasiones de aprender las lecciones más difíciles de la vida y son también las que nos producen el mayor crecimiento interior. Así que también agradezco la nostalgia y la ausencia, que me obligan a mantenener los pies sobre la tierra, haciendo conciencia sobre mi presencia mundana y material, diferenciándola del valioso contenido energético y espiritual.

En estos días compartidos con la familia -que cada día crece un poco más-, he recobrado fuerzas para empezar el año con muchos ánimos y seguir poniendo mi mejor esfuerzo para reconocer la obra de Dios en cada ser. Empieza un año más y de nosotros depende que se convierta en un año lleno de éxitos, de momentos valiosos, un año que sea digno de ser recordado, sin importar lo volátil o perdurable que pueda ser nuestra memoria.

Hasta ese rinconcito del inmenso universo en el que se encuentren, les envío un abrazo fraternal y mis sinceros deseos por un año merecedor de ser vivido, en el que cada día se convierta en el nuevo récord propio a vencer, por ser el mejor día de sus vidas.

¡Feliz Año 2010!

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