miércoles, enero 20, 2010

Un viaje más hacia la gran ciudad

El viaje de hoy estuvo acompañado de la edición mañanera noticiosa de la estación local de radio, en nada comparable con la acostumbrada companía de estos viajes, en los últimos años. ¡Qué diferencia!

Hay ocasiones en las que escuchar las noticias resulta interesante, me permite ponerme al tanto de los últimos acontecimientos del mundo y en ocasiones hasta tiene su parte divertida. En otros casos, el panorama que se describe es desolador y me entristece en sobremanera.  El caso de hoy fue como el segundo, desafortunadamente. Que una ciudad reciba en menos de dos semanas una doble sacudida, no es nada agradable de escuchar y mucho menos de vivir, supongo.

Regresaron a mi mente los recuerdos de la experiencia responsable de que las visitas que hacemos a donde reside mi segunda familia no sean las mismas desde que experimenté 6 grados en la famosa escala que mide los temblores. Es una experiencia nada agradable, desesperante, traumática... la cual, a la vez que me permite imaginar -mínimamente, supongo- el panorama desolador que se debe vivir en estos momentos en Haití, al mismo tiempo me obliga a revalorar  la grandiosa fortuna de que en nuestra tierra no se experimenten esos fenómenos naturales.

El motivo del viaje está valiendo la pena. Una vez más coincido con Einstein cuando dice que "todos somos ignorantes, sólo ignoramos cosas diferentes", pues mientras más aprendo más cuenta me doy de cuán ignorante soy. El estar aquí tiene su precio, tanto por lo mucho que me cuesta la distancia de mi rey verde, como por todas las peripecias que tuve que pasar el día de ayer para poder cumplir con mis pendientes antes de venir.

Además del aprendizaje académico, está presente la oportunidad de aprovechar el tiempo libre de estos días de una manera diferente... y no la desperdiciaré.

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